Un hotel encantador con detalles bien pensados y una terraza espectacular. El desayuno súper organizado y delicioso. Sin duda, el lugar fue perfecto para una escapada romántica.

El calor en la habitación era como estar en una sauna gourmet, ¡a veces pasaba más tiempo en el pasillo!

la habitación era “coqueta”, pero un depósito de 50€ por el minibar, ¡por favor! , eso sí que es un atraco. el desayuno, solo un café por persona, muy limitado para 10 euros, más parecido a un hostel. esperaba algo mejor en un hotel como este y casi escribo una buena opinión, pero no pude.

Zona céntrica, azotea con vistas, habitaciones luminosas

El aparcamiento libre es complicado, y el de pago está un poco incómodo. Las vistas desde habitaciones inferiores podrían ser decepcionantes. Un ventilador o aire acondicionado sería útil en días calurosos!!!

La habitación estaba impecable y tenía vistas al mar. El desayuno fue variado y delicioso, con frutas frescas. Me encantó la terraza para relajarme al sol. El personal fue siempre amable y servicial. Definitivamente, una buena elección para disfrutar.

Desayuno variado y riquísimo.

La habitación era bastante amplia y moderna, y me encantó la ducha que tenía mucha presión y agua caliente. Además, disfruté de la tranquilidad de la terraza al sol y de un paseo relajante por la playa cercana. Aunque no había aire acondicionado, la brisa del mar ayudó a mantener todo fresco. ¡No olvides probar el desayuno!

Recomiendo para parejas que buscan tranquilidad

La terraza en la azotea es simplemente espectacular, ideal para relajarse después de un día explorando la isla. El desayuno fue muy abundante y delicioso, con productos locales que hicieron que cada mañana fuera especial.

No fue barato, pero lo consideramos aceptable.

una estancia agradable pero con un par de detalles a mejorar

Nos encantó el variado desayuno, que incluía frutas frescas y opciones locales para empezar el día con energía. La habitación era espaciosa y estaba impecablemente limpia, lo que hizo nuestra estancia más cómoda. Además, disfrutar de la vista al mar desde la terraza fue un verdadero plus.

El aparcamiento puede ser complicado debido a la limitada disponibilidad en la zona.

un refugio acogedor en santa cruz con un desayuno delicioso y la mejor atención al cliente que te hará sentir como en casa

El Banana Garden La Palma es simplemente encantador. La habitación era moderna y muy cómoda, además de estar impecablemente limpia. Disfrutamos de unas vistas maravillosas y el trato del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudarnos con recomendaciones sobre la isla. El desayuno, con opciones locales, fue un gran bonus que nos hizo empezar el día con energía. Sin duda, me quedaría aquí de nuevo en nuestra próxima visita a Santa Cruz.

Todo genial! Habitación amplia y cómoda, desayuno delicioso con opciones frescas, personal amable y servicial.

La habitación era amplia, pero el ruido de la calle no dejaba descansar bien.

Disfruté de una habitación coqueta con un colchón cómodo y una tetera para mi té. El desayuno tuvo opciones locales y todo estaba bien organizado. La azotea tenía unas vistas que me encantaron y, aunque el aparcamiento fue complicado, el personal fue muy servicial. La limpieza fue impecable. Volveré en abril, si Dios quiere.

El aparcamiento puede ser complicado.

Tuvimos una estancia agradable con un buen descanso en la habitación. Sin embargo, aparcar puede ser complicado, aunque el personal nos ayudó con recomendaciones. Un ventilador o aire acondicionado hubiera sido útil en días calurosos.

El Banana Garden La Palma es un lugar increíble para descansar. La habitación, un Superior Studio, era moderna y cómoda, con vistas espectaculares. El desayuno era variado y delicioso, con productos locales. La terraza en la azotea es perfecta para relajarse después de explorar la isla.

El aparcamiento puede ser complicado.

El desayuno fue como un festín en casa de la abuela, con croissants tan suaves que se deshacían en la boca y jugos frescos que parecían sacados del huerto. La terraza del hotel, con su barra, ofrecía vistas a la ciudad que hacían que cualquier problema se desvaneciera más rápido que un helado bajo el sol.

Aparcamiento limitado